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lunes, 5 de julio de 2010

¿Por qué los modelos en geografía?

La real academia española de la lengua define el término modelo como: arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo. En las obras de ingenio y en las acciones morales, ejemplar que por su perfección se debe seguir e imitar. Esquema teórico, generalmente en forma matemática, de un sistema o de una realidad compleja, como la evolución económica de un país, que se elabora para facilitar su comprensión y el estudio de su comportamiento” (siendo éstas sólo algunas de las enunciaciones propuestas); éstas definiciones ayudan a aproximarse al significado que tiene la palabra modelo dentro de la geografía, entonces, si se va más allá, hasta encontrar el punto de intersección entre un modelo y las ciencias, es posible entender la palabra como una representación abstracta de un fenómeno complicado o poco conocido, de manera que cuando es comparado con el modelo (más simple y conocido) permite darle una explicación tangible. Quienes utilizan modelos tratan de explicar o intentan interpretar fenómenos. Un modelo es algo, inventado, que se acepta como “válido” si permite explicar los datos conocidos. No existe un modelo perfecto que represente perfectamente lo real, pero sí nos da asimismo una descripción capaz de predecir qué ocurrirá en muchas situaciones semejantes.

Ahora, si se aplica el concepto de modelo a la geografía, se dilucida que son útiles en diversos terrenos de investigación y aplicación científica desde su base geográfica. Dependiendo del ámbito en que se empleará, sus variables se verán modificadas, pero, a pesar de ello, persistirá su función original; un modelo geográfico es utilizado para anticipar, prevenir y mitigar ciertas investigaciones cientificas, de planificacion, etc.

Los modelos geográficos son muy útiles en la proyección del territorio por su versatilidad y por la oportunidad que ofrecen para predecir posibles escenarios, en los cuales se trabaja anticipadamente a los problemas y las consecuencias que puedan implicar, y tener, así, la oportunidad de planificar el territorio de manera más optima. A pesar de esto, el territorio presenta muy potentemente su carácter dinámico, lo que hace prácticamente imposible una proyección absolutamente certera, de ahí que la geografía sea considerada una ciencia inexacta, y por ello, despreciada por otras ciencias.

Por otro lado, la geografía es la “ciencia que estudia las variaciones de las distribuciones de los fenómenos de la superficie terrestre (abióticos, bióticos y culturales), así como las relaciones del medio natural con el hombre y de la individualización y análisis de las regiones de la superficie de la tierra” (Puyol, 1990:19); en tanto, los modelos son absolutamente compatibles o combinables con la geografía porque se aplican a la construcción de predicciones basadas en las circunstancias observables del territorio considerándolo en toda su extensión, desde el lugar físico hasta los eventos ocurridos en él, pasando por las interacciones entre estos con el espacio.

Por lo tanto los modelos son útiles en geografía por su aporte predictivo para la generación de escenarios futuros de cambios de uso del suelo, ya sea en el contexto de la planificación territorial, en la evaluación de impacto ambiental, u otros. También, representan una importante oportunidad para anticipar, prevenir y mitigar dinámicas insostenibles, antes de que sucedan. Además, permiten un análisis más ordenado y concreto de situaciones dinámicas que vistas en movimiento son más improbables de valorar.

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